El Presidente Alvaro Uribe pidió al Presidente
boliviano Evo Morales que vote a favor de la reformulación de la decisión 486 de
la Comunidad Andina de Naciones (CAN), a cambio de que Colombia garantice
mercados para las oleaginosas bolivianas en las negociaciones del TLC con
Estados Unidos.
El gobierno de Uribe está ansioso de firmar un TLC con Estados Unidos, aún
tomando como base de negociación los textos del TLC firmado entre Perú y Estados
Unidos referidos a patentes y protección de datos de prueba.
En noviembre del año pasado, Uribe instruyó a sus funcionarios considerar como
“techo” de la negociación el texto del Decreto 2085 de 2002, el cual reglamenta
la forma de proteger los datos de prueba suministrados al Instituto Nacional de
Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia (INVIMA) para obtener permiso
de comercialización de medicamentos y agroquímicos.
Sin embargo, el Tribunal Andino de Justicia concluyó que dicho Decreto viola el
ordenamiento jurídico de la comunidad porque fija plazos “de exclusividad” para
la información suministrada para obtener registro sanitario de nuevas entidades
químicas, una forma de protección que no se encuentra contemplada en el artículo
266 de la Decisión 486 de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). De ahí que el
TAJ conminó al gobierno colombiano a reconsiderar su decisión.
En un intento de cubrirse las espaldas y de evitar sanciones futuras de la TAJ
por las seguras violaciones de la normatividad en las negociaciones del TLC con
Estados Unidos, Uribe propuso modificar la legislación andina y adaptar el
artículo 266 de la Decisión 486 a los postulados del libre comercio de
Washington.
El artículo 266 original indica textualmente: “Los Países Miembros, cuando
exijan, como condición para aprobar la comercialización de productos
farmacéuticos o de productos químicos agrícolas que utilizan nuevas entidades
químicas, la presentación de datos de pruebas u otros no divulgados cuya
elaboración suponga un esfuerzo considerable, protegerán esos datos contra todo
uso comercial desleal. Además, los Países Miembros protegerán esos datos contra
toda divulgación, excepto cuando sea necesario para proteger al público, o salvo
que se adopten medidas para garantizar la protección de los datos, contra todo
uso comercial desleal. Los Países Miembros podrán tomar las medidas para
garantizar la protección consagrada en este artículo”. Es decir, el artículo
faculta a los países a obviar las protecciones de la propiedad intelectual en
caso de necesidad pública.
El 31 de enero de este año, el gobierno colombiano propuso al Consejo de la CAN
modificar el último párrafo del artículo 266 agregando la siguiente potestad:
“Estas medidas podrán incluir el establecimiento de plazos durante los cuales
los Países Miembros no autorizarán a un tercero (…) comercializar un producto
con base en dicha información”.
De esta forma, el gobierno colombiano intenta adaptar la legislación de la CAN a
las exigencias del TLC para liberarse del fallo del TAJ, en beneficio de un
puñado de multinacionales farmacéuticas y en perjuicio de los pueblos de la
región andina.
Uribe se desdice
En noviembre de 2004 el gobierno de Uribe definió que la regulación vigente en
Colombia (Acuerdo ADPIC de la OMC y Decisión 486 de la CAN) protegían
adecuadamente los derechos de propiedad intelectual y, por ende, prometió no
firmar un tratado tipo CAFTA, el cual contiene estándares de protección
superiores y “altamente inconvenientes para Colombia”.
Sin embargo, 15 meses después el mismo Uribe acepta negociar el cierre del TLC
con Estados Unidos tomando como base los textos del TLC Perú que constituye un
“CAFTA plus”, es decir un tratado aún más inconveniente que el CAFTA.
Un estudio divulgado por la OMS-OPS en noviembre pasado concluye que si Colombia
llegara a ceder a las pretensiones de los Estados Unidos en materia de
alargamiento de las patentes, protección de datos y linkage (pretensiones que
acogen los textos del TLC Perú que servirán de base para el cierre de la mesa de
propiedad intelectual), se generaría un aumento del gasto en salud muy grande,
alrededor de 940 millones de dólares anuales, que tendrían que salir de los
presupuestos insuficientes de las instituciones integrantes del Sistema de Salud
o del bolsillo de los 14 millones de colombianos pobres que no forman parte del
Sistema.
La OPS estima que perderían el acceso a los antirretrovirales 4.400 enfermos de
sida cada año, los cuales estarían condenados a morir en un lapso promedio de
cinco años. Estudios de la Universidad Nacional de Bogotá (1) y del
Ministerio de Salud del Perú sobre dicho país (2) coinciden con las
conclusiones de la OPS.
El chantaje
Fuentes extraoficiales, pero muy confiables, confirmaron que Uribe llamó por
teléfono al Presidente boliviano Evo Morales para pedir su colaboración en la
tarea de acomodar la legislación andina a las exigencias norteamericanas y de
esta forma allanar la firma del TLC.
Si Bolivia acepta la propuesta, Uribe se comprometió a defender el mercado
colombiano para las exportaciones bolivianas de oleaginosas, que cada año
ascienden a casi 80 millones de dólares.
El Presidente Morales pidió a su colega norteamericano George W. Bush ampliar el
tiempo de vigencia de las preferencias arancelarias para los productos no
tradicionales bolivianos, especialmente los textiles, y solicitó a Colombia
disminuir la cuota ofrecida a Estados Unidos en la negociación del TLC para la
importación de torta de soya de 55 mil a menos de 20 mil toneladas métricas.
Notas:
1) Universidad Nacional de Colombia, Centro de Investigaciones para el
Desarrollo, “Impactos del Tratado de Libre Comercio Colombia – Estados Unidos en
el Sector Salud del Distrito Capital”, Bogotá, mayo de 2005.
2) Ministerio de Salud del Perú, “Evaluación de los Potenciales Efectos sobre
Acceso a Medicamentos del Tratado de Libre Comercio que se negocia con los
Estados Unidos de América”, Lima, Perú, abril de 2005.
viernes, febrero 10, 2006
Por la Propiedad Intelectual, el gobierno colombiano chantajea a Bolivia
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