Kabul, 18 mar (PL) Nueve policías y cinco civiles afganos, incluido un ex gobernador, murieron hoy la región de Kandahar, en sendas acciones atribuidas a presuntos insurgentes talibanes.
Los dos incidentes acontecieron horas después del comunicado del líder supremo del Talibán, el mulá Mohamad Omar, que advierte sobre el recrudecimiento de los ataques contra los invasores extranjeros y sus colaboradores a partir del 21 de marzo, inicio del año nuevo.
En el primero de los sucesos, nueve policías murieron y otros tres resultaron heridos cuando una mina estalló al paso de un convoy militar por la zona montañosa del distrito de Miwand en la convulsa provincia sureña de Kandahar.
Fuentes del Ministerio del Interior confirmaron que el hecho ocurrió en momentos que los agentes transportaban los cadáveres de cuatro albaneses, secuestrados la semana pasada en un área entre las provincias de Helmand y Kandahar, antiguo bastión de los Talibán.
Varios vehículos policiales retornaban con los cuerpos cuando uno resultaron alcanzados por una explosión presuntamente causada por una mina accionada por control remoto.
De otro lado, el vocero del Ministerio del Interior, Yousef Staniki, comunicó que el comandante muyadín y ex gobernador de Ghani, Taj Mohamed Qari Baba, murió junto con sus guardaespaldas cuando su vehículo resultó atacado en la ciudad de Khost.
Baba era una poderosa figura política en esa provincia, de la cual fue dos veces gobernador entre 1992 y 1995, y en el 2002, tras la invasión y ocupación de Estados Unidos. Respaldaba la administración de Hamid Karzai y criticaba a los talibanes.
La violencia aumentó en Afganistán en meses recientes, en especial en el sur y el este, mientras el movimiento Talibán y sus aliados continúan la batalla para derrotar a las fuerzas extranjeras y a la administración de Kabul apoyada por Washington.
De ahí que, Kandahar, junto con las provincias vecinas de Helmand, Zabul y Uruzgan, se convirtieron en focos de insurgencia desde el 2005.
El año pasado perecieron cerca de mil 500 personas en diversos incidentes causados en su mayoría por ataques de los rebeldes contra los colaboradores y militares extranjeros ocupantes de Afganistán desde hace casi un lustro.
Los integrantes del Talibán desarrollan atentados suicida y amenazan proseguir con la Yihad o "guerra santa" hasta el derrocamiento del Gobierno y la retirada de las tropas extranjeras dirigidas por Estados Unidos.
Afganistán permanece bajo la ocupación de unos 20 mil soldados dirigidos por Estados Unidos y otros 12 mil de la ISAF, bajo el mando de la OTAN.
Precisamente en un comunicado ayer a la prensa, el evasivo y enigmático líder de los Taliban, mulá Mohamad Omar, amenazó con desatar ataques "inimaginables" contra las ocupantes tropas del Pentágono durante el año nuevo musulmán que se inicia el 21 de marzo.
Omar está en paradero desconocido desde la invasión de Estados Unidos, en diciembre del 2001.
Los gobiernos de Afganistán y Pakistán aseguran que el líder Supremo de los Talibán, al igual que su yerno Osama bin Laden, se encuentran ocultos en algún lugar montañoso en los límites fronterizos entre los dos países asiáticos.
Según el mulá islámico, "este año nuevo, el suelo afgano se volverá rojo para los cruzados y sus marionetas, y los ocupantes harán frente a una oleada impredecible de resistencia afgana".
Omar, quien perdió un ojo durante la década de 1980, asegura que una gran cantidad de jóvenes afganos son reclutados como terroristas suicidas en campos de entrenamiento mujaidines (combatientes islámicos) para realizar los ataques.
sábado, marzo 18, 2006
Explosión y atentado causan 14 muertos en Afganistán
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