martes, marzo 21, 2006

Tamaño de bases de EEUU en Irak suscita sospechas y conjeturas

(AP) - BASE BALAD DE LA FUERZA AEREA, Irak (AP) _ Las bases militares que Estados Unidos está erigiendo en Irak son tan grandes y complejas que han comenzado a suscitar sospechas de que el gobierno de Washington proyecta mantener una sustancial presencia militar a largo plazo en el país árabe.

Por ejemplo, la base Balad de la fuerza aérea aloja a 120 helicópteros estadounidenses, un "helipuerto" tan amplio y equipado como cualquiera de Estados Unidos.

En otra gigantesca base, la de al-Asad, en el desértico occidente de Irak, 17.000 efectivos militares y trabajadores van y vienen, y el sitio luce tan animado y bullicioso como una ciudad norteamericana. Hay inclusive un Burger King, un Pizza Hut y una concesionaria de automóviles, además de señales de tránsito y jóvenes ciclistas congestionando los caminos.

Otra base, al sur, la de Tallil, proyecta un gigantesco comedor que alojará a 6.000 aviadores y soldados.

¿Han venido los estadounidenses para quedarse en Irak? El mecánico de la fuerza aérea Josh Remy está seguro, tras echar una ojeada a Balad.

"Creo que nos quedaremos para siempre", dijo el joven aviador de 19 años de edad a un visitante de la base.

El pueblo iraquí sospecha lo mismo. En varias encuestas, robustas mayorías dicen que les gustaría ver un cronograma de evacuación de los soldados estadounidenses, pero creen que Washington proyecta mantener bases militares en Irak.

La cuestión de la presencia estadounidense en este país árabe preocupa a los iraquíes ahora que el ejército de Estados Unidos ingresa en su cuarto año de guerra, librada primero para derrocar al presidente Saddam Hussein, y ahora para aplastar la resistencia.

Ibrahim al-Jaafari, primer ministro interino, dijo que se opone a bases extranjeras permanentes. Una amplia gama de la opinión pública norteamericana también está en contra. Tales bases serían una "estúpida" provocación, dice el general Anthony Zinni, ex comandante de la presencia militar estadounidense en Medio Oriente, y un crítico de la invasión a Irak.

Pero eventos, en situaciones tan explosivas como las de Irak, pueden transformar un "no" en un "quizás" o inclusive en un "sí".

La mayoría chiíta, que tiene el poder en Bagdad, podría decidir que necesita protección norteamericana a largo plazo contra la insurgencia sunita. Washington tal vez asumiría los riesgos políticos inherentes a fin de ganar una ventaja estratégica. Por ejemplo, en su confrontación con Irán, vecino de Irak.

El embajador de Estados Unidos en Irak, Zalmay Khalilzad, y otros funcionarios estadounidenses, niegan que exista el deseo de mantener bases permanentes en esta nación. Pero acceso "a largo plazo", como en otras bases estadounidenses en el extranjero, es diferente de "permanente", y la posición oficial de Estados Unidos está cautelosamente formulada.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, al ser consultado durante una visita a Bagdad en diciembre si habrá "bases permanentes" en Irak, respondió, "Es una pregunta muy interesante". Pero añadió que debería ser planteada por el próximo gobierno iraquí, "En caso de que tenga interés en que los ayudemos durante cierto período de tiempo".

En Washington, la experta en Irak Phebe Marr dice que la fraseología es enigmática. "Si no están planeando (la construcción de) bases, deberían decirlo", señaló. "Lo que uno esperaría oír es 'No habrá bases'".

Pero lo único que se escucha ahora es el derrame de concreto en las bases en construcción.

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