El Ecuador tiene previsto presentar en julio el acuerdo
del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, por lo que
el jefe negociador Manuel Chiriboga intensificará, a partir del 23 del
corriente, las negociaciones en los temas agrícola, propiedad
intelectual y medidas disconformes.
Chiriboga,
en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso,
explicó que si en estas negociaciones se logran avances fundamentales
que beneficien al País, concluirán las negociaciones en estos
capítulos, pero que dependerá de la flexibilidad que Estados Unidos dé
a la desgravación de aranceles y subsidios, ya que alrededor de 1,6
millones de ecuatorianos están relacionados con la producción agrícola.
Enfatizó que si logran acuerdos en este mes, en 90 días los presidentes
de Estados Unidos y Ecuador podrían firmar el TLC, por lo que a partir
de julio del 2006 se enviarían los textos al Congreso Nacional para su
aprobación o improbación.
Sostuvo que de las 19 mesas de negociación solo tres tienen problemas
para alcanzar acuerdos. “En el área agrícola el 80 por ciento está
pendiente y en esta ronda se espera llegar a acuerdos en los productos
considerados sensibles o muy sensibles, como lácteos, carnes, maíz,
oleaginosas y algunas hortalizas y legumbres”.
Señaló que en el caso del arroz, uno de los más sensibles en la
negociación, analizan como alternativa la exclusión técnica, admitiendo
la inclusión de un contingente mínimo que no afecte la producción
interna o un tratamiento diferenciado acompañado de un amplio programa
de desgravación, mecanismos de protección y apoyo interno que deberá
ser aprobado conjuntamente con el TLC, con el propósito de mejorar la
competitividad de los sectores productivos más vulnerables, para
preparar la apertura comercial.
Indicó que los productos que, a su juicio, deberían formar parte de
estos programas tienen que ver con arroz, maíz, soya y ganadería, tanto
de leche como de carne.
Manifestó que en el caso de lácteos, trozos de pollo y carne bovina la
alternativa es la exclusión técnica o un tratamiento con plazos amplios
de desgravación y un contingente acorde con el comercio actual, a más
de un mecanismo de salvaguardia especial.
Dijo que adicionalmente buscarán acceso adicional en azúcar, alcohol y
sus derivados, así como del cacao y tabaco lo que implicaría
posibilidades de generación entre 50 y 90 mil puestos de trabajo.
Consideró que independientemente de que se firme el TLC con EE.UU. es
imprescindible una política de apoyo a los sectores agropecuarios y en
especial a los productores de ciclo corto de la Costa que podrían ser
los más afectados por el tratado.
Aseguró que con el Ministerio de Economía trabajan un proyecto para
financiar al sector productivo, en especial al agrícola, con recursos
provenientes del antiguo FEIREP, así como en la focalización del
subsidio del gas únicamente hacia las poblaciones pobres del País y
liberando el precio a los sectores de clase media y alta, lo que
permitirá ingresos por 120 millones de dólares anuales.
Recalcó que el programa estará destinado al apoyo de los agricultores y
campesinos, a la productividad o reconversión de los cultivos sobre la
base de los proyectos presentados; y, a la comercialización, la misma
que estará regulada por la Organización Mundial de Comercio.
Críticas a apoyo de agencia de Estados Unidos
Para los estudios del impacto y apoyo que sustentan técnicamente la
negociación del Tratado de Libre Comercio se han utilizado US$ 118.500
de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(USAID), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la
Corporación Andina de Fomento (CAF).
El presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, Salvador Quishpe,
criticó la utilización de recursos entregados por la USAID. Además,
cuestionó el criterio del jefe negociador, Manuel Chiriboga, de
establecer un programa de apoyo para reducir el impacto del TLC.
Quishpe sostuvo que estas acciones no fueron informadas ni puestas en
consideración de los pequeños agricultores, que son los principales
involucrados con la negociación.
Por ello demandó consultas previas a los pueblos indígenas respecto de los temas que tengan relación con este tratado comercial.
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