Katmandú, 1 feb (PL) Una serie de violentos ataques desató los grupos rebeldes contra campamentos militares y oficinas oficiales en Nepal con saldo hasta hoy de 23 policías y soldados muertos y varias docenas de desaparecidos, informaron fuentes oficiales capitalinas.
Portavoces del Ministerio del Interior precisaron que la cifra de muertos y heridos puede aumentar, dado que cerca de 150 agentes se encuentran desaparecidos en la ciudad de Tansen, en el distrito de Palpa, unos 300 kilómetros al oeste de Katmandú.
Según esos voceros, más de mil guerrilleros asaltaron cinco zonas de bases, incluidos de las fuerzas de seguridad y oficinas gubernamentales, y las cuales atacaron durante más de cinco horas en esa importante ciudad del oeste del pequeño reino del Himalaya.
Feroces combates tuvieron lugar entre ambos bandos y "un total de 143 policías, quienes fueron enviados para cuidar los comicios municipales previstos para el 8 de febrero, se encuentran escondidos o quizás secuestrados, señalaron.
La mitad de la docena de policías y militares heridos fueron trasladados para recibir asistencia médica hacia la ciudad de Pokhara, distrito de Kaski, a unos 200 kilómetros al oeste de esta capital, indicaron.
Esas acciones de los insurgentes, las más graves en los últimos meses, acontecieron poco antes de que el rey Gyanendra tratara en una alocución radiotelevisada de 20 minutos de justificar el golpe de estado perpetrado el 1 de febrero del 2005.
Hace un año, el monarca destituyó al Gobierno legalmente constituido para asumir el poder absoluto y gobernar con un Gabinete nombrado directamente por él, que es considerado inconstitucional por la oposición.
En esa oportunidad, Gyanendra prometió restablecer la democracia "en un plazo de tres años" al tiempo que asumió todos los poderes y decretó la detención de centenares de opositores y periodistas, que desencadenó el rechazo de partidos políticos y los grupos armados.
Sin embargo, el rey aclaró ahora que seguirá gobernando de modo autocrático, descartó colaborar con la oposición, y aseguró que en el último año mejoró la situación de seguridad en el país.
Del otro lado, el ataque de los rebeldes antecedió las previstas manifestaciones antimonárquicas de las organizaciones políticas y sociales para protestar por la falta de garantías constitucionales desde hace 12 meses en Nepal.
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