martes, enero 31, 2006

Bolívia: REPSOL YPF Responsabiizará a la anterior conducción de inflar las reservas

Al acusar a la petrolera de apropiación indebida de reservas, Bolivia desató
una crisis interna en Repsol. La actual conducción admitió que el dato de
reservas en sus libros era falso, pero responsabilizará a la anterior,
encabezada por Alfonso Cortina, por el hecho.

Tras la audaz decisión adoptada por la dirección de Repsol YPF, anunciando
el recorte del 25 por ciento en la estimación de sus reservas
internacionales de hidrocarburos, un fantasma empezó a sobrevolar por encima
de los hombros de la compañía hispanoargentina: el de la petrolera Shell.
Hace apenas dos años, su conducción fue descabezada tras admitir una
reducción de sus reservas en un 20 por ciento. Para despegarse de ese
funesto antecedente, los directivos españoles de Repsol tienen clara su
estrategia: expondrán a la luz que la verdadera responsabilidad por el
desfasaje en la contabilidad de las reservas es de la anterior conducción,
que hasta octubre de 2004 encabezó Alfonso Cortina. ³No fue tanto por Evo,
sino más bien por un conflicto interno², comentó en Madrid alguien muy
cercano a la compañía. Lo innegable es que la postura del presidente de
Bolivia y su ministro de Hidrocarburos fue indudablemente el detonante (ver
nota aparte), que le sirvió a la vez a la gestión de Antonio Brufau para
ajustar cuentas pendientes puertas adentro.

En febrero de 2005, cuando aún no se habían cumplido cuatro meses desde el
cambio de autoridades, la conducción de Repsol YPF ejecutó un primer ajuste
de las reservas, reduciéndolas en un 4,1 por ciento. Apenas 11 meses antes,
Alfonso Cortina aseguraba ante la Junta de Accionistas que la diferencia
entre los cálculos de la petrolera y las evaluaciones de auditorías
independientes no superaban, en ningún caso, el uno por ciento (marzo de
2004).

Inmediatamente después de aquel primer ajuste (marzo de 2005), el directorio
encabezado por Brufau decidió crear un Grupo de Control de Reservas,
dependiente del Consejo de Administración. Le quitaba así atribuciones a la
Dirección de Exploración y Producción de la compañía, con intereses directos
en el tema y, por tanto, proclive a inflar las cifras en favor de su propia
gestión. El Consejo de Administración contrató el asesoramiento de dos
auditoras independientes, De Golyer & Mc Naughton y Gafney, Cline &
Associates. Con la ayuda de consultoría externa, se elaboró un nuevo manual
de control de reservas. La gestión anterior de Alfonso Cortina había quedado
definitivamente bajo la lupa.

El cambio de autoridades en Repsol YPF coincidió no casualmente con el
cambio de gobierno en España. Cortina y su grupo guardaban no sólo
afinidades políticas con el gobierno de José María Aznar. Designados en el
directorio de la compañía en representación del grupo BBVA como principal
accionista minoritario, tuvieron más de un enfrentamiento con los
representantes de otro grupo poderoso pero también minoritario: La Caixa,
grupo financiero catalán, del que surgiría el nuevo presidente, Antonio
Brufau. El mayor acercamiento de este último bloque empresario al PSOE no
fue un impulso menor para el recambio, cuando José Luis Rodríguez Zapatero
llegó a la Presidencia.

Si ya desde varios meses antes la medición de las reservas estaba bajo
sospecha, ¿cuánto tuvo que ver la llegada de Evo Morales y su ministro Soliz
Rada al poder en Bolivia en que se desatara la crisis de esta semana? En
mucho, aunque se trate de dos procesos que transitaban por vías paralelas
que sólo se tocaron en los últimos días.

³La expansión de Repsol en América latina a fines de los ¹90 tuvo mucho que
ver con un estilo que los acercaba a los gobiernos neoliberales, frágiles
para dejarse imponer la voluntad de una empresa poderosa², fue el racconto
hecho ayer desde Madrid por la fuente consultada. La llegada de Evo Morales,
imperiosamente, debía producir una ruptura de la vieja relación de Repsol
con el Estado boliviano. Y Soliz Rada tuvo la oportuna idea de cuestionar la
apropiación de las reservas de gas bolivianas por la petrolera.

En Madrid aseguran que el informe concluyendo que el cómputo de reservas en
libros de Repsol YPF estaban inflado en 1254 millones de barriles de
petróleo llegó a manos de Brufau días antes de la última Navidad. Con
³lapatata caliente² en la mano ­dicen allá­, el Consejo de Administración
encargó una última revisión, una auditoría de lo ya auditado. Cuando no
quedaron dudas, la decisión fue sacarlo a la opinión pública. La
información, dicen, le quemaba al mandamás catalán.

¿Fue pura coincidencia que ocurriera justo en la semana que asumía Evo? Es
posible, aunque sólo en parte. Repsol necesitaba salir del lugar de
confrontación al que lo llevaba el discurso duro de Solíz, acusándolos de
apropiación indebida de reservas. La respuesta más adecuada, se pensó en la
compañía, era renunciar a esas reservas reclamadas por el Estado, y qué
mejor que hacerlo coincidie con el anuncio de la reducción por recálculo
global de la capacidad de sus yacimientos.

Brufau lo conversó personalmente con ambos ­Morales y Soliz­ antes de lanzar
el anuncio, pero también tuvo que conversarlo con Kirch-

ner, ya que en el rebote las reservas declaradas en Argentina resultaban
fuertemente impactadas por la revisión (en un 20 por ciento). ³Lo de Bolivia
era entendible, lo de Argentina parecía inexplicable², admitió una fuente de
la compañía, transmitiendo la sensación que se vivía en los momentos previos
al anuncio del recorte de reservas.

Ayer, Brufau dedicó su única aparición pública justamente a apaciguar los
ánimos con respecto al recorte de reservas en Argentina. ³Repsol hará todo
lo que sea necesario y vamos a luchar para evitar que se acentúe la
declinación productiva (de petróleo y de gas), y si se produce, trataremos
que sea lo más suave posible², dijo, utilizando como vía un reportaje en
Radio 10, de Buenos Aires.

El próximo paso será orientar las responsabilidades hacia la anterior
conducción, dejando en claro que la actual no estaba en conocimiento de que
tenía contabilizadas reservas infladas desde mucho antes. ¿Habrá una
denuncia penal contra Cortina?, preguntó Página/12 a una fuente muy cercana
a la actual conducción empresaria. ³Es una decisión difícil; no sé si le
conviene a la compañía, pero parece inevitable. Cualquier accionista puede
demandar a las autoridades por el perjuicio patrimonial. ¿Cómo harían las
actuales autoridades para deslindar responsabilidades?² En Madrid, según
dicen, ya tienen la respuesta.

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