Cabezas: Histórica derrota a la inflación propiciará reforma monetaria

Caracas, 31 Ene. ABN. (Jorge Medina Lugo).- La reforma monetaria, cuyo estudio preliminar inició el Banco Central de Venezuela (BCV), está concebida para someter históricamente a la inflación en Venezuela y cerrar el ciclo terrible de inestabilidad de precios que comenzó el 17 de febrero de 1983 con el “viernes negro”, aseguró el presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), Rodrigo Cabezas.

“Queremos cerrar ese ciclo y lo vamos a hacer por razones estrictamente humanitarias. La idea es mantener la estabilidad de precios y contar con una inflación de 2% a partir del 2008“, manifestó el parlamentario luego de la reunión de este martes de la comisión coordinadora de la Asamblea Nacional.

Indicó que la investigación y los escenarios analizados apuntan en esa dirección, es decir, establecer un punto de inflexión o quiebre histórico en la lucha contra ese flagelo en el país.

Observó que esta tarea es competencia exclusiva del BCV, aunque el Ejecutivo Nacional coadyuvaría, por razones obvias, y la Asamblea Nacional lo haría dependiendo de los instrumentos que el ente emisor considere necesarios para acometer esa reforma monetaria, bien sea que se trate de decretos o de aprobar una ley sobre la unidad de reconversión.

Hizo ver que esa reforma implicaría nuevas unidades monetarias y billetes con denominaciones muy bajas, pero se mantendría el bolívar como moneda nacional.

Considera que este planteamiento es viable porque la fortaleza de la economía da para acortar el camino en la lucha contra la inflación.

De esta manera no sería necesario esperar a que nuestra política económica, que está dando resultados positivos pues se está desacelerando la inflación, se vea perturbada por otra contingencia de tipo económico.

Aclaró que esa reforma no sólo se orienta a eliminar un! os cuant os ceros al bolívar, sino que iría acompañada de un plan que él denominaría El Bolívar Fuerte.

Dicho plan estaría complementado con una política en el área monetaria, o una reforma del sistema financiero, que permita a la banca en el 2008, por ejemplo, contar con una institución robusta y que no especule contra ese proyecto.

También debe ir acompañada de una política fiscal que incluya, entre otras, una agresiva política de reducción de la deuda externa para ir fortaleciendo la estabilidad de la economía.

Igualmente de una reducción en el campo fiscal de las emisiones de bonos de la deuda de la República 'para no empapelar a la banca', es decir, que debe haber coherencia y correlación entre lo que haga el Estado con su política fiscal y lo que obtenga la banca como ganancia, expresó.

Igualmente, podríamos tener un compromiso macroeconómico en 2008, 2009 y 2010 con relación a una disciplina en el área fiscal, desde el punto de vista del gasto, para cumplir la meta inflacionaria que nos hemos fijado.

Cabezas cree que la parte comercial podría estar acompañada de un mayor grado de flexibilización en la entrega de divisas pero sin abandonar el concepto de control cambiario, para evitar una fuga de capitales que liquidaría la alternativa.

Desde el punto de vista de la política petrolera, sería necesaria la profundización de la inversión para potenciar a Venezuela y reforzar nuestras reservas y, al mismo tiempo, impulsar un incremento de la capacidad productiva petrolera que nos proteja de eventuales caídas en los precios del crudo.

El parlamentario piensa que la reforma tendría un impacto psicológico por cuanto rescataría para los venezolanos el altísimo interés social de la estabilidad de precios.

Esta innovación tiene un alto interés nacional que superará al Apocalipsis que anuncian los economistas de la derecha opositora, aseguró.

El diputado pidió a los economistas de derecha que pongan su talento al servicio del país y cont! ribuyan para que la reforma monetaria salga adelante porque tiene un único objetivo: cerrar el ciclo que se abrió el 17 de febrero de 1983 con el viernes negro.

Finalmente, el diputado Cabezas puso la Comisión de Finanzas a disposición de los interesados para discutir este tema en función del interés de la nación.