Bagdad 18 dic - El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, realizó el domingo una visita sorpresa a Irak por primera vez desde la invasión de 2003 mientras líderes radicales suníes y chiíes renovaban sus llamamientos para la salida de las tropas estadounidenses del país del Golfo Pérsico.
Cheney, uno de los principales arquitectos de la guerra para derrocar a Sadam Husein, se reunió con el primer ministro y el presidente iraquíes durante su visita de ocho horas, y calificó las elecciones de "fantásticas".
Pero el clérigo chií Moqtada al Sadr, cuyo popular movimiento islamista es un componente clave en la coalición interina que gobierna el país, y Saleh al Mutlak, un nacionalista suní que ha hablado en nombre de los insurgentes, dijo que los estadounidenses no eran bienvenidos en Irak y que deberían marcharse ahora.
La calma que ha rodeado a las elecciones, pacíficas en su mayor parte, fue interrumpida por una bomba en un concurrido mercado de Bagdad. Explotó cerca de una mezquita chií aunque no estaba claro si ése era el objetivo. La policía dijo que cinco personas murieron pero el Ministro del Interior solo admitió un fallecido, una mujer.
Sadr, que dirige una poderosa milicia y cuenta con el apoyo devoto de muchos jóvenes chiíes, acusó a Estados Unidos de egoísta y de no preocuparse por el pueblo iraquí.
Mutlak dijo que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, estaba engañándose si creía que los comicios fueron completamente democráticos, y también dijo que algunos de sus candidatos habían muerto en el sur de Irak, principalmente chií, el día de las elecciones. Fue la primera información sobre candidatos asesinados y no pudo confirmarse.
Aunque ni Sadr ni Mutlak dirigirán el próximo Gobierno, ambos son influyentes en sus respectivas comunidades, y su desacuerdo subraya la magnitud de la labor que afronta la próxima administración, encargada de mantener a los grupos étnicos y sectas rivales de Irak bajo control mientras construye una democracia estable.
Estados Unidos espera que las elecciones, ampliamente consideradas un éxito, permitirá comenzar la retirada de tropas de Irak en números significativos el próximo año.
Bush iba a dirigirse a la nación desde el despacho oval el domingo, en el último de una serie de discursos sobre Irak.
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