Canberra, 18 dic (PL) Más de dos mil personas protestaron hoy en el centro de la ciudad australiana de Sydney contra los violentos actos racistas ocurridos la semana pasada, con saldo de 30 heridos y decenas de detenidos.
La protesta, convocada por el Sindicato Nacional de Estudiantes bajo el lema "Unidos contra el racismo", cuestionó la falta de una condena oficial a la agresión perpetrada el pasado domingo por unos cinco mil jóvenes blancos contra personas de apariencia árabe.
Ese día los agresores, muchos en estado de embriaguez, gritaron consignas racistas y se enfrentaron a la policía, rompieron los cristales de una ambulancia y dañaron vehículos policiales en la playa del barrio de Cronulla.
Melbourne y Brisbane también fueron escenario hoy de mítines de grupos de ciudadanos que reprobaron la actitud de los jóvenes blancos.
En la playa de Cronulla unas 200 personas se reunieron y en la arena escribieron la palabra paz.
Más de dos mil policías fueron desplegados ayer en el estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sydney, para evitar otros enfrentamientos entre jóvenes australianos y de origen árabe.
Este fin de semana la ciudadanía ha permanecido lejos de las playas de Sydney y Wollongong, de la ciudad de Newcastle y de la costa central de Nueva Gales del Sur, tal y como aconsejó el comisario policial de esa región, Ken Moroney.
Cientos de mensajes de texto en teléfonos móviles incitaron a la población a participar en otros disturbios este fin de semana.
La policía informó en un comunicado de prensa que las dos últimas jornadas fueron tranquilas, a pesar de que cerraron más de 30 carreteras e inspeccionaron numerosos automóviles.
Hace tres días el Parlamento local aprobó varias leyes que amplían la autoridad de los agentes policiales, quienes podrán cerrar el acceso a barrios enteros y a zonas urbanas, decomisar automóviles y clausurar bares o tiendas durante 48 horas en Sydney.
Moroney advirtió que, en pos de rescatar el espíritu navideño en la ciudad, las fuerzas policiales actuarán como se les autorizó si la violencia se repite.
El presidente de la Asociación de Libaneses Musulmanes, Ahmad Kamaledine, pidió un esfuerzo a todos para restablecer la normalidad.
Australia registró un incremento de las incompatibilidades entre jóvenes de origen árabe y blancos a partir de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Unos 300 mil musulmanes viven en la isla continente, la mayoría en los suburbios más pobres de las grandes ciudades.
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