La Paz, Bolivia, 19 Dic. ABN (Douglas Bolívar).-
Cuando es consultado sobre sus evocaciones infantiles, Evo Morales se
remonta automáticamente a la población de Orinoca (Orure), donde nació.
Y de inmediato asocia sus mejores recuerdos al olor de la naranja.
A la vera de un camino empolvado, el pequeño Evo recogía las
cáscaras de naranjas que botaban los pasajeros del transporte público
que por allí transitaban. Las utilizaba como materia prima para hacer
infusiones y luego se las daba a comer a las ovejas de su familia.
Evo Morales tiene 44 años -nació el 27 de octubre de 1959-.
Con la obtención de 51% de los votos, se hace directamente de la
primera magistratura y así impone los siguientes registros: Primer
indígena boliviano –pertenece a la etnia aymara- en llegar a la
presidencia (igualmente es el único en Suramérica), el primero que lo
hace con la mayoría absoluta y también es el primer nativo de Oruro en
llegar al Palacio de Gobierno.
En su adolescencia, se trasladó con sus padres a la zona del
Chapare (gran extensión territorial donde se cultiva la hoja de la
coca). Allí comenzó a forjar su liderazgo social. Asumió la conducción
técnica de un equipo de fútbol y organizó campeonatos deportivos.
Antes, en Oruro, fue trompetista de la banda imperial de la
ciudad. Evo Morales, quien asumirá la presidencia de Bolivia el próximo
22 de enero, también trabajó como panadero y ladrillero. Nunca ingresó
a la universidad.
El domingo, en conferencia de prensa, dijo que si ganaba la
presidencia garantizaría el libre cultivo de la coca con
despenalización.
Esa misma mañana, al levantarse a las 5:30, comentó que le pidió al espíritu de sus padres que lo ayudaran a ganar.
Prometió que si resultaba electo, inmediatamente enviaría una
carta a Estados Unidos pidiendo la extradición del ex presidente
Gonzalo Sánchez de Losada, quien huyó a Miami luego de fuertes
manifestaciones en su contra.
Igualmente se pronunció por que Estados Unidos retire sus tropas de Irak y de Latinoamérica.
Lo indagaron sobre el cruce con Chile por el acceso marino que
reclaman los bolivianos. Manifestó que si los gobernantes chilenos
querían la diplomacia, «pues mar para Bolivia».
«Ésta es la hora de los vilipendiados, de los masacrados, de los olvidados en 180 años de historia», pontificó.
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