lunes, diciembre 19, 2005

Bolivianos eligen entre la continuidad neoliberal y el socialismo

Caracas, 16 Dic. ABN (Marisela Capriles).- Más de 3,6 millones de bolivianos inscritos votan este domingo para elegir al nuevo presidente entre los candidatos de la derecha, que representan la continuidad neoliberal y el advenimiento, y el aspirante de la izquierda, Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), quien encarna el posible cambio del sistema político y las aspiraciones de todo un pueblo por justicia social y desarrollo.

Los partidos políticos en la liza electoral mantienen la orientación de la política de corte neoliberal, de la cual no plantean grandes modificaciones, según refleja una evaluación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), divulgada por el rotativo paceño El Diario.

De acuerdo con el estudio, la orientación de las políticas económicas neoliberales impuestas por los sucesivos gobiernos en Bolivia “ha sido la de favorecer al proceso de acumulación de capital –en contra de los intereses de los trabajadores– definiendo un rol activo del Estado para facilitar la expansión del capital transnacional en sectores estratégicos de la economía”.

Como eje de este manejo neoliberal, el Cedla cita la política fiscal, al partir del convencimiento de que, en el país, “gobiernos sucesivos se esmeraron en favorecer la acumulación capitalista, inicialmente con un cambio en la política tributaria y luego con las privatizaciones”.

En el caso de los principales aspirantes de la derecha, tanto el ex presidente liberal Jorge Quiroga, del Poder Democrático Social (Podemos), como el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), perpetúan el sistema de enriquecer las arcas del Estado con el excedente generado por los trabajadores, a través de impuestos indirectos, en lugar de recaudarlo de la renta que perciben las empresas capitalistas transnacionales.

Además, todos convergen en desarrollar acciones dirigidas a solucionar la evasión y la elusión (mayor presión fiscal).

Las propuestas del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), en cambio, buscan introducir un impuesto a los ingresos, a partir de los niveles percibidos por cada ciudadano.

Morales, de 46 años, propone además nacionalizar los hidrocarburos, legalizar el cultivo de la hoja de coca y la creación de una asamblea nacional constituyente que cambie el orden político vigente.

De acuerdo con el Cdla, ente que revisó los programas económicos de los tres candidatos con mayor respaldo en la contienda, además de mantener un sistema tributario regresivo, las propuestas de UN y Podemos introducen el riesgo de disminuir los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) debido a la intención de diferenciar este tributo según grandes y pequeños pozos.

El grupo de análisis considera esto como fruto de las recomendaciones expresadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la demanda de las transnacionales.

Por lo tanto, según el estudio, de ganar uno de estos dos candidatos, los perdedores seguirán siendo los trabajadores, con cuyo trabajo se continuará sosteniendo a un Estado capitalista que mantendrá un sistema tributario regresivo y privilegiará a la actividad empresarial sobre el desarrollo social.

“La exención de impuestos, la liberalización arancelaria y los programas transitorios en ese sentido, como el llamado Perdonazo, son otras tantas medidas por las que el Estado favorece la acumulación capitalista”, puntualiza el Cedla.


Extremos se confrontan

La figura de Quiroga, de 45 años y más conocido como "Tuto", irrumpió en el sector público boliviano en 1991, en un cargo decisivo para el ingreso de Bolivia a la era de las privatizaciones, según señala un análisis de la agencia IPS divulgado este viernes en La Paz.

Desde el despacho de viceministro de Inversión Pública, el ahora candidato de Podemos diseñó la venta de 32 empresas estatales de mediano tamaño, bajo el liderazgo del entonces ministro de Planeamiento, Samuel Doria, hoy convertido en su rival político como candidato centrista.

Quiroga y Doria Medina rompieron la barrera opositora a la venta de estatales, aunque el gobierno de entonces prefirió mantener bajo dominio estatal las telecomunicaciones, el petróleo, los ferrocarriles, la electricidad y las plantas de fundición, todos sectores privatizados por la siguiente administración de Gonzalo Sánchez de Lozada, el mismo que años más tarde huiría de la ira popular y cuya vacante sería ocupada por Carlos Mesa (2003-2005).


Ahora, Quiroga, quien también fue vicepresidente del ex dictador Hugo Banzer (1971 y 1978), ha maquillado su defensa del neoliberalismo al propugnar una la economía de mercado condimentada con programas populares y ofrece fórmulas mágicas para recuperar la economía, como conseguir la condonación de la deuda externa gracias a sus “buenas relaciones” con la comunidad internacional.

Asimismo, habla de la nacionalización de los hidrocarburos, pero a diferencia de Morales, aboga por una "nacionalización de los beneficios de los hidrocarburos".

Los analistas coinciden en las particularidades de la elección de este domingo, debido al continuo descenso del apoyo a los partidos conservadores y tradicionales frente a la fuerza emergente de sectores socialistas e indigenistas que han cambiado el mapa político en los últimos años.

El ejemplo más significativo es el MAS, tolda que irrumpió en el escenario de la política tradicional con Evo Morales a la cabeza, líder indígena nacido de las filas del sindicalismo.

El MAS fue la segunda fuerza más votada en las elecciones generales del 2003, mientras que en las municipales del 2004 se constituyó como el partido más representativo del país.

A esta elección, de acuerdo con el último sondeo de la firma Ipsos-Captura, divulgada este miércoles por la cadena Usted Elige en casi todos los diarios del país, Morales tiene 34,2% de la preferencia electoral contra 29,2% de Quiroga.


De obtener la victoria, Evo Morales se convertirá en el primer presidente indígena en Bolivia y llevará el modelo del nuevo socialismo a una de las naciones más empobrecidas del continente.

Clima democrático se impone



Las autoridades electorales han destacado el clima democrático de estas elecciones, desestimando las declaraciones efectistas de los sectores de derecha sobre supuestos hechos de violencia que podrían perturbar el desarrollo de los comicios.



El presidente de la nación, Eduardo Rodríguez, destacó esta semana que el proceso de cierre de campaña se desarrolló con normalidad y que la voluntad democrática del pueblo se ha impuesto. "Hemos llegado a buen puerto", dijo.



Las Fuerzas Armadas también manifestaron su conformidad con el proceso y se dijeron dispuestas a respetar los resultados de la votación y el eventual triunfo de Morales, vaticinado por los sondeos de opinión.


Los bolivianos también elegirán este domingo a 130 diputados y 27 senadores, así como a nueve prefectos o gobernadores, uno por cada departamento, hasta ahora elegidos a dedo por los gobernantes.

La elección de prefectos, la gran novedad en estos comicios, es una concesión del ex presidente Mesa a los reclamos autonomistas de la próspera región de Santa Cruz y servirá para legitimar el cargo de gobernador, que nunca antes se había designado por el voto popular.

Este viernes, el ministro de Relaciones Exteriores, Armando Loaiza, confirmó que el próximo 22 de enero se celebrará la ceremonia de investidura del nuevo presidente.

Instituciones como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyos delegados forman parte del grupo de 200 enviados internacionales que observarán los comicios en el país andino, expresaron su respaldo al sistema democrático y el respeto a la voluntad popular que salga de las urnas este domingo en Bolivia.

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