Inapesca regula la captura y exportación de sardinas por seguridad alimentaria

Una Providencia Administrativa, de fecha 13 de diciembre de 2004, prohíbe pescar especimenes de tamaño inferior a los 17 cm de longitud para evitar su desaparición. Esta medida también reducirá en un 40% la cuota de exportación del producto. Aunque algunas empresas privadas amenazan con cerrar sus puertas, el presidente del Inapesca, Oscar Lucentini, anunció que sostendrá el próximo jueves una reunión con los pescadores artesanales.

Para explicar las recientes medidas que tomó el Estado venezolano, que garantiza la existencia de sardinas (Sardinilla Aurita) en la cesta básica, el presidente del Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (Inapesca), Oscar Lucentini, informó este martes en rueda de prensa que la publicación de la Providencia Administrativa número 68-2004, de fecha 13 de diciembre de 2004, en Gaceta Oficial, la cual restringe a los pescadores en la captura de la especie, obedece a la madurez sexual que deberá tener el pescado para su procreación.

Esta normativa legal ha sido la más apropiada para evitar la exportación desmedida de la especie y su respectiva desaparición. Lucentini, agregó que históricamente la pesca de sardinas tiene una dinámica de captura que se divide en dos períodos importantes del año; uno en los meses abril-julio y otro en agosto-octubre, coincidiendo con el afloramiento de los nutrientes necesarios y característicos de la región nororiental de Venezuela.

Durante estos dos ciclos, las tallas de las sardinas aumentan considerablemente, oscilando entre los 17 y 20 centímetros, que es el tamaño promedio de madurez sexual (reproducción entre sí) para su captura, permitiendo a los pescadores artesanales tener excelentes temporadas de pesca, satisfacer las demandas del mercado e incrementar sus ganancias.

Actualmente, sardinas de estos tamaños pueden encontrarse en algunas regiones del país, pero en un número bastante reducido que incluso en los últimos años se ha visto reflejado en las cifras anuales de captura. Esta situación ha provocado que algunos medios de comunicación construyan una matriz de opinión de crisis que alude a los consumidores, pero en especial a los pescadores artesanales sobre su estabilidad laboral.

En este sentido, el presidente de Inapesca, Oscar Lucentini, dijo que "con esta Providencia estamos protegiendo los dos puntos que nos ordena la Ley de Pesca, uno, nuestros pescadores artesanales (garantizando la existencia de sardinas en mares venezolanos) y dos, estamos conservando el recurso, (no se permitirá la extinción de la especie como ha ocurrido en países vecinos)". Adicionalmente, informó que de mantenerse la situación como está en los días actuales para los meses abril y mayo la demanda de sardina tendría una oferta.

Paulatinamente, explicó la variación de la cifra total en la pesca de sardinas durante los últimos diez años, siendo el 2005 el año con menor captura, arribando a las 77 mil toneladas métricas anuales. Asimismo, Lucentini hizo referencia de la resolución que se promulgó en el año 1998, en la que se permitió la captura de sardinas con una talla mínima de 12 centímetros para carnada y 15 centímetros para el consumo humano, logrando que el pez no cumpliera con su proceso de reproducción y situarse en vía de extinción.

Para finalizar, en materia de precios a nivel de productor, Inapesca intenta llegar a un acuerdo entre los diferentes sectores del circuito de la sardina, siendo de mayor importancia los pescadores y las procesadoras industriales, donde los ministerios de Alimentación y Agricultura y Tierras hacen sus aportes.

Frente a las amenazas públicas que hacen algunas empresas de productos marinos, el titular de Inapesca anunció una reunión con todos los pescadores artesanales, que son víctimas de los monopolios, el próximo jueves. Allí está previsto que los trabajadores expongan sus problemáticas y se finiquite un acuerdo que garantice el suministro sardina a los consumidores y mantenga la flota de 4 mil pescadores, aproximadamente, en sus puestos de trabajo.