Jerusalén 20 Ene. -Los líderes de Oriente Próximo se hallan inmersos en una carrera de acusaciones sobre los recientes asesinatos cometidos en la región. Un día después de que el Gobierno israelí responsabilizara a Siria e Irán del atentado suicida del jueves en Tel Aviv, el presidente sirio, Bachar el Asad, aseguró ayer que Israel asesinó a Yasir Arafat. Además, el mandatario de Damasco rechazó de nuevo declarar ante la comisión de la ONU que investiga el atentado en el que pereció el ex primer ministro libanés Rafik Hariri, y que apunta con su dedo acusador al propio Asad.
"De las muchas matanzas que Israel ejecuta de manera organizada y metódica, el más peligroso de todos los asesinatos fue el de Yasir Arafat", declaró el líder sirio sobre la muerte del presidente palestino en un hospital de París el 11 de noviembre de 2004. Las causas de su fallecimiento, a los 75 años, nunca han sido precisadas y jamás se hicieron públicos los informes médicos del paciente.
"Ello sucedió ante la mirada del mundo y su silencio. Ningún Estado se atrevió a difundir una declaración al respecto y nada sucedió", añadió Asad durante una conferencia en Damasco. Asad abordó el magnicidio de Hariri y se negó, sin decirlo explícitamente, a que la comisión le someta a interrogatorio. "No debemos ceder nuestra soberanía nacional, incluso cuando las circunstancias exijan que luchemos por nuestro país", afirmó.
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