Se suspende la aplicación de la Solvencia Laboral, el llanto de los patronos se oyó más que el clamor obrero

La suspensión de la aplicación del Decreto de Solvencia Laboral es un baño de agua fría para la clase trabajadora de este país, quien cual “novia de pueblo”, se quedó esperando pa’ que la invitaran a observar como se ponía a “bailar pegado” a los patronos.

Es una medida conciliadora la cual no aceptamos, la clase trabajadora de este país, quién se puso al frente y se seguirá colocando para defender este proceso ante los ataques de los patronos golpistas, de la oposición desquiciada y del imperio, levanta su voz para que no se juegue con la estabilidad ni con los derechos de los trabajadores y exige la aplicación inmediata de este decreto.

Bastó con las declaraciones y reuniones con algunos patronos, para que sin previo aviso se “suspendiera el juego”, porque es notorio que los empresarios de este país no están acostumbrados a respetar la ley, y no están preparados para el decreto. Solicitaron en tribunales su nulidad, pero mientras se les da la oportunidad de que se pongan al día, miles de trabajadores son combatidos en inspectorías, en tribunales sin contemplación y muchas veces cuentan con la complicidad de algunas autoridades competentes.

El espíritu del decreto persigue garantizar que los patronos y patronas cumplan con los derechos de los trabajadores y trabajadoras en un marco de responsabilidad y solidaridad social, pero nos preguntamos si en el marco del capitalismo será efectivo o más allá, si será definitivo que los poderosos de este país cambien sus principios de producir ganancias con explotación desmedida, creemos firmemente que no.


Esta medida, también es producto de la debilidad existente dentro de la dirección de la UNT, puesto que quienes hoy desatienden el llamado de las bases por la legitimación de la central y colocan como cortina la reelección de Chávez, no levantan la voz por medidas como estas. Son quienes hablan en nombre de la UNT y creen que podemos congelar los problemas de los trabajadores, muchos con cargos en ministerios y otros en su condición de “diputados de la clase obrera”, sufren de una especie de amnesia y han obviado la mora que arrastran por la ausencia de una nueva Ley Orgánica del Trabajo, por ejemplo.

Los trabajadores y trabajadoras de este país, tenemos que defender nuestras conquistas y el decreto de Solvencia Laboral es una herramienta fundamental que nos garantiza el respeto efectivo de nuestros derechos.

Hoy respaldamos la acción del ejecutivo de prorrogar por seis meses más la Inamovilidad Laboral. Es una medida que atiende a la necesidad de estabilidad laboral y de respeto del derecho al trabajo, pero de la misma manera creemos que el no atender la propuesta de subir el tope salarial en este decreto, coloca el mismo en situación de desgaste. Por ejemplo, hoy más del 90% de los trabajadores de Carabobo, en las empresas donde se ha firmado convenciones colectivas, ya no gozan de los beneficios de dicho decreto, se debe subir el tope o se irá desvaneciendo el espíritu que persigue.