miércoles, abril 05, 2006

Honduras: nueva víctima sucumbe ante TLC

A pesar de las alertas sobre los impactos negativos que traerá el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) a los países centroamericanos, Honduras se sumó este sábado a la aplicación de ese convenio.  

El acuerdo ya es una realidad y ahora nos toca actuar en base a esa nueva situación comercial, declaró la ministra de Industria y Comercio de esa nación, Elizabeth Azcona.

 

Pero mientras las autoridades insistieron en que la ejecución del tratado bilateral ofrecerá "la gran oportunidad de enseñar al mundo la capacidad de producir, competir y desarrollarse" de esta nación, varios sectores opinaron de otro modo.

 

Doris Gutiérrez, diputada por el Partido Unificación Democrática, insistió en que ese acuerdo viola 17 artículos de la Constitución de Honduras y se convierte en una nueva ley fundamental para este país.

 

El TLC deja fuera de toda posibilidad de competencia a nuestros pequeños y medianos productores: somos los mayores compradores de Estados Unidos, que adquiere pocos productos en este territorio, y eso nos dañará, añadió.

 

Aunque el 99 por ciento de los productos locales ingresarán al mercado estadounidense libres de aranceles, el 74 por ciento de los provenientes de ese país norteño gozarán de similar beneficio aquí.

 

Especialistas consideraron que se convertirá en un bumerán para los pequeños empresarios hondureños, cuyos costos de producción suelen ser mayores que los que afrontan sus contrapartes en la economía más desarrollada del mundo.

 

La aplicación del TLC, prevista originalmente para enero de 2005, se retrasó porque este país no había completado las exigencias legislativas impuestas por Estados Unidos a las naciones firmantes del pacto.

 

Condición imprescindible para la puesta en vigor del Tratado, por ejemplo, eran los cambios en las leyes relacionadas con la propiedad intelectual, los derechos de los trabajadores y la protección del medio ambiente, entre otros.

 

Siempre se dialogó sobre libre comercio, libre flujo de factores de producción, intercambios tecnológicos y modernización, pero en ningún caso del principal factor de producción: el ser humano, recordaron estudiosos del tema.

 

El Salvador, considerado el principal aliado de Estados Unidos en Centroamérica, se erigió como el pionero en la negociación y aplicación del amplio articulado contenido en el TLC.

 

Mas, a sólo una semana de su entrada en vigor en ese territorio, este Tratado desmintió su supuesto carácter comercial y motivó fuertes protestas en distintos puntos de ese territorio.

 

Erigido como ley, luego de su aprobación en la Asamblea Legislativa, el acuerdo avaló las incursiones de las transnacionales estadounidenses y a otros intereses privados norteños.

 

En correspondencia con ello, más de 60 empresas de esta nación, la tercera más pobre de la región, comenzaron a verse afectadas por la ingerencia de las compañías de ese país, aseguraron directivos de la Asociación de Cable Operadores de El Salvador.

 

Tal situación pudiera agravarse en Honduras, también sujeta desde siempre a los vaivenes de la economía norteamericana, pronosticaron especialistas.

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