miércoles, mayo 03, 2006

¿De cuántas formas es posible presionar a Bolivia para que venda su gas a precios de ganga?


La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, anunciada este 1º de Mayo por el Presidente Evo Morales mediante el DS 28701, ha dispuesto entre otras medidas el control total por parte del Estado de la comercialización de hidrocarburos, tarea que deberá desempeñar YPFB a nombre del Estado. Sin dar este paso, no existía una base legal suficiente para emprender negociaciones de Estado a Estado, y sobre todo para disponer de los recursos gasíferos requeridos para cumplir los contratos.

Bolivia ya había anunciado su intención de renegociar los precios a los que viene expendiendo gas a Brasil y Argentina, y al presente ya había acordado con Argentina la conformación de una comisión encargada de formular las bases y condiciones de la negociación hasta mediado del mes de mayo de 2006. Con Brasil, por lo visto aún no se ha arribado hasta ese punto, pese al intenso tráfico de expertos, funcionarios y asesores entre ambos países. Todo indica que la reticencia brasilera es grande a renegociar precios.

En este contexto, observamos que se van sucediendo diversos hechos en la región que nos mueven a pensar que las formas de presionar a Bolivia para que venda el gas a precios muy bajos pueden tomar formas muy diversas, algunas sutiles y diplomáticas, otras más ligeras.

Algunos anuncios del último tiempo en la región, en especial de parte de nuestros vecinos y competidores, ilustran lo señalado.

- El anillo energético, en base al gas venezolano, pero también peruano;
- El gaseoducto del Sur, desde Venezuela hasta Argentina. El Ministro argentino De Vido, el actual negociador de precios del gas con Bolivia, fue el encargado de invitar a Bolivia a sumarse a dicho gasoducto;
- Los descubrimientos casi simultáneos de petróleo o gas en Brasil y Chile, al punto que Brasil ya declaró su plena autosuficiencia energética de petróleo, y Chile sostiene que podría autoabastecer el Sur chileno gracias a los nuevos descubrimientos;
- El gasoducto Camisea - Iquique, para venta de gas peruano a Chile;
- Los anuncios de diversos e importantes proyectos energéticos, como el hidroeléctrico de Garabí en Brasil o la importación de LNG desde Indonesia para Chile (y la construcción de plantas de regasificación en Chile).

Todos estos proyectos o anuncios de proyectos pretenden restar importancia a la posición cuasi monopólica que ostenta Bolivia en el Cono Sur sudamericano en materia de gas. Se entiende que dichos anuncios en serie apuntan a debilitar fuertemente las expectativas por parte de Bolivia de alzas significativas en la renegociación de precios del gas.

Lo curioso es que la simultaneidad y efectos especiales con los que son puestos en escena estos anuncios, crecen en la medida que el precio del petróleo a nivel internacional aumenta, y se avizora ya que en los próximos 24 meses podría llegar el barril de crudo a los 100 dólares, precio que fijaría el precio del gas aproximadamente en 20 dólares/MPC, mientras Bolivia lo vende actualmente a Brasil y Argentina a menos de 3 $US.

La pregunta es si otros eventos que están sucediendo en torno nuestro, constituyen otras formas de presionar a nuestro país en pleno proceso de recuperar el control de los hidrocarburos y de renegociar precios, volúmenes y otras condiciones de compra-venta. Entre dichos eventos figuran:

- La situación de los emigrantes bolivianos ilegales en la Argentina;
- La nueva "apertura" chilena en relación a nuestra demanda marítima;
- La demanda de creación del décimo departamento en el Chaco (en El Deber se dice que ello responde a una estrategia para declararlo independiente, como Kuwait, y "llevarse los hidrocarburos").

Estos eventos apuntarían de igual modo a mostrar que Bolivia no puede pretender tener todas las llaves de una negociación en el bolsillo, y que existen múltiples formas de dependencia que acompañan nuestra atribulada vida nacional.

Suma sumarum, todas las escaramuzas que acontecen a nuestro rededor no pueden explicarse sólo como un cúmulo de puras coincidencias casuales. Lo mejor es tener claro cuanto antes de qué tamaño es la embestida, para determinar oportunamente cómo actuar adecuadamente. Tamaña tarea la de las autoridades del ramo. Desde estas líneas les deseamos fortaleza y presencia de ánimo.

Nota: Información insertada en www.aporrea.org, por Stalin Pérez Borges/Prensa UNT

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