Por Mikel Ayestarán - ABC, España
"Somos
más de diez millones de "basiyíes" registrados. Sabemos montar armas con
los ojos cerrados y estamos preparados para manipular explosivos. Seremos el
muro de carne humana que detenga a las tropas invasoras, y los americanos saben
que si se meten con Irán van a iniciar la III Guerra Mundial porque, aunque
quiten a nuestro gobierno, cada iraní luchará hasta el final. Tendrán que
matarnos uno a uno".
Hoyot Niki Maleki tiene 21 años y se ha graduado recientemente en Ingeniería
Eléctrica en la universidad más importante de Irán, Sharif, donde forma parte
del núcleo "basiyí". Lleva con orgullo el segundo nombre del Mehdí, el duodécimo
imán que esperan los chiíes como salvador del mundo, y su vida tiene un único
sentido: morir en la defensa de su fe.
Los "basiyíes" -organización paramilitar creada por Jomeini durante la guerra
con Irak con el objetivo de promover los valores de la chía en la sociedad-
abrieron unas listas hace un mes, cuando el primer ultimátum del Organismo
Internacional de la Energía Atómica (OIEA) estaba a punto de expirar. Estas
listas se colocaron a la salida de la Universidad de Teherán y cada viernes,
después de la tradicional oración, los fieles podían dar su nombre y alistarse
como kamikazes.
Hoyot, como buen "basiyí", predicó con el ejemplo y puso su nombre junto al de
más de cuarenta mil personas, según las cifras del movimiento fundamentalista.
Morir en defensa de la fe
"En estos momentos sigue abierta una lista simbólica para que se apunte la gente
que estaría dispuesta a convertirse en mártir. Yo mismo estoy dispuesto a
suicidarme por mi país y figuro en la lista, pero es algo simbólico", matiza Hoyot.
"Es un aviso a los americanos para
que sepan dónde se meten, si nos atacan no seremos cuarenta mil, sino setenta
millones de suicidas. Repito, si nos atacan. Somos una fuerza de defensa.
Creemos en la paz, pero si es necesaria la guerra para lograr la paz, iremos a
la guerra y moriremos, porque no hay nada más grande que morir en defensa de la
fe" añade Hoyot.
Los "basiyíes" siempre remarcan que sólo lucharán en caso de recibir una
agresión externa. Este planteamiento es el que, según ellos, les separa de
organizaciones terroristas como Al Qaida, que atacan intereses occidentales por
todo el mundo.
Ven al grupo de Bin Laden como un simple invento de los Estados Unidos para
desestabilizar Oriente Próximo e insisten en que ellos nunca podrían operar de
esa forma porque son "mensajeros de la paz y de la seguridad".
Seguidores del líder espiritual iraní, Alí Jamenei, y bajo su supervisión
directa, este grupo fundamentalista considera que, pese a las informaciones que
llegan desde Irak, el islam está unido y tanto suníes como chiíes contemplan la
figura del imán Jomeini como el unificador de sus creencias.
"El más claro ejemplo es que organizaciones suníes como Hizbolá, en el Líbano, o
el Yihad, en Palestina, trabajan con nosotros en perfecta sintonía. Precisamente
la ayuda de estos grupos será fundamental en caso de ataque.
No será una guerra convencional, los focos chiíes del mundo se unirán en nuestra defensa y los hermanos del Líbano activarán los 16.000 misiles que tienen apuntando a Israel, que es quien está gobernando realmente en Washington", asegura Hoyot.
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