Ha caído por fin el viaducto, y los medios y la oposición golpista, cual hienas o buitres, se han avalansado contra el gobierno de Chávez y sus funcionarios, para enrostrarles su ineficiencia en el mantenimiento de importantes obras de infraestructura.
Pareciera que todos los días, la oposición elevara plegarias para que ocurran las peores tragedias en el país y así poder acusar al gobierno. Invocan todo el santoral, para que llueva y las aguas desbordadas arrasen con familias y casas; rezan para que los rayos caigan sobre las centrales eléctricas y el país quede a oscuras; enciendes miles de veladoras para que un terremoto afecte a los pobres que se encuentran ubicados en viviendas vulnerables de los cerros de Caracas o de los barrios marginales de las grandes ciudades; y no dudamos, que realizaron rogativas invocando al “Divino Niño” o la “Virgen de la Coromoto”, para que la novena de Cuba perdiera en la final de la Serie Mundial de Béisbol contra Japón.
Triste papel, al que han quedado dedicados estos profetas del desastre, bastardos de un sistema ignominioso, que goza con el dolor y la tragedia de la especie humana, mientras ellos como minoría privilegiada, aspiran para sí, los mejores designios.
No nos ruborizamos, cuando afirmamos que por esos ególatras, sólo nos asiste un infinito y profundo sentimiento: odio de clase, ya que ningún sentimiento benigno pueden despertar quienes invocan las fuerzas de la naturaleza para destruir lo que la naturaleza humana venezolana ha conquistado en la última década, para dignificar su condición de vida.
Tendremos que acostumbrar-nos ya no sólo a la acción des-piada y violenta de los oposito-res para intentar detener el proceso revolucionario, sino a su espiritualidad maligna de desear todos los días lo peor para la población. Y con el tiempo, cuando aumente su marginalidad y la población los repudie mucho más de lo que son ahora, los veremos vestir túnicas blancas y con la cruz en la mano intentar asaltar las casas de honestos luchadores para degollarlos y quemarlos o porque no, construir hornos crematorios para intentar quemarnos en masa, emulando a sus padres putativos, los fascistas.
Frente a tal perspectiva, la revolución no puede soportar ni darse el lujo de estancarse o retroceder, ya que la guillotina inquisidora de nuestros enemigos de clase nos estará esperando para cobrarnos en nuestra nuca, el atrevimiento de haberles desafiado y confrontado su omnímodo poder. Sólo queda una opción, como el título de la película: retroceder nunca, rendirse jamás.
La burocracia y la corrupción, son los principales aliados de la oposición
Pero así, como desplegamos todo nuestro furor para denunciar la oposición, no menos podemos decir de los funcionarios burócratas y corruptos, que con su accionar se convierten en los principales aliados de la oposición, alimentándole su odio contra la revolución.
La prensa, la radio, la televisión se han dado un opíparo banquete mostrando una y otra vez las declaraciones de un burócrata que afirmaba 24 horas antes, que no era posible la caída del viaducto. Tampoco ayudó mucho el aplauso que el Presidente Chávez pidió para la caída del mismo, en un intento por banalizar la irresponsabilidad oficial, ya que no se puede decir que obra alguna es herencia de tal o cual presidente o régimen político, sino del esfuerzo colectivo de los venezolanos, que con nuestro sudor y bolsillos, hemos pagado hasta el último céntimo y en repetidas oportunidades, gracias a la corrupción!!
Señor Presidente, burócratas y corruptos, queremos recordarles que todo lo que existe en el país es del pueblo y es su responsabilidad y la nuestra, defenderlo, mantenerlo y mejorarlo, para eso estamos haciendo la revolución.
Acaso no les duele saber que con el 1% de las perdidas que ha ocasionado la avería del viaducto, se podría haber mantenido el mismo y ahora habrá que destinar una buena cantidad de millones de dólares para construir uno nuevo, postergando urgentes necesidades del pueblo que anhela mejoras.
Saludamos que hayan hecho esfuerzos por recuperar el viaducto, que en corto tiempo se tuviese una alternativa razonable para permitir el desplazamiento desde Caracas hacia la costa y que la ruptura del puente no haya generado ninguna tragedia humana, pero que es responsabilidad del Gobierno Nacional y estadal, asociados con los antecesores, no se puede intentar ocultar.
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