Según el mandatario colombiano, los uniformados se asociaron con ex militares venezolanos que pidieron refugio en Colombia.
La denuncia de Uribe fue hecha, este sábado, en el marco de la reunión de los dos presidentes en Santa Marta para conmemorar los 175 años de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
"Los militares venezolanos que están en Bogotá fueron a un dificio a reunirse con militares colombianos. El presidente Chávez nos entregó esos papeles (...) los hemos analizados y esta mañana le dije al presidente Chávez: 'tengo que decirle la verdad; ese es un edificio de la fuerza pública colombiana", admitió Uribe.
Uribe dijo que en la edificación oficial se llevaban a cabo labores de inteligencia contra el gobernante venezolano, al tiempo que señaló que asumía la responsabilidad por el hecho. "El gobierno de Colombia no permite que nadie vaya a armar conspiraciones y menos de un país hermano", enfatizó.
El tema de la conspiración desde Bogotá contra el mandatario venezolano fue el tema de fondo en su encuentro de este sábado en Santa Marta, que se realizó en medio de un excepcional clima de distensión.
"En lugar de engaños asumí la responsabilidad frente al presidente Chávez y la asumo en público porque el gobierno de Colombia, que padece el terrorismo, no puede permitir que nadie vaya a armar conspiraciones y menos contra un país hermano", enfatizó.
Las pruebas del complot fueron entregadas por Chávez durante la reunión que ambos presidentes sostuvieron el 24 de noviembre en el centro petrolero venezolano de Paraguaná.
El martes, el procurador general de Colombia, Edgardo Maya, declaró que no recibió denuncias de la supuesta conspiración. "La Procuraduría no tiene información sobre ello. Las relaciones de tipo internacional son de estricto manejo y competencia del Presidente de la República", señaló Maya.
Las sospechas sobre el supuesto complot recaían en el empresario Pedro Carmona, que encabezó un fugaz golpe de Estado contra Chávez en abril de 2002, y que recibió asilo político en Colombia, en donde se desempeña como profesor universitario.
Además, recaían en los seis militares de ese país a los que Uribe negó otro pedido de asilo debido a su implicación en la intentona golpista. No obstante, Bogotá les concedió un permiso especial para que vivan en su territorio mientras buscan un tercer país que los acoja.
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